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El fantasma de la estanflación

El crecimiento se apaga.

30 mayo de 2012

Según el último informe del IAE-Universidad Austral la economía argentina se encuentra en medio de una tendencia que, de no mediar una respuesta del Gobierno, desembocará en un estancamiento con inflación alta. Algo que los economistas llaman estanflación. Sin duda no se trata de uno de los pronósticos más optimistas. Para el ex viceministro de Economía, Juan Llach, lo que preocupa es la tendencia y según el economista no hay señales de que el asunto vaya a cambiar.

“No sólo es clara la marcada desaceleración de la economía sino que empiezan a aparecer señales recesivas mientras la inflación al consumidor se mantiene por ahora cerca de 23% pero con peores expectativas”, sostiene Llach. “Se insinúa así  la posibilidad de una  estanflación, término acuñado hace cincuenta años por los economistas para caracterizar a la economía argentina en 1962, lo que revela que a nuestro país le cuesta mucho aprender de su pasado y tropieza, en cambio, varias veces con la misma piedra”.

El aumento de las expectativas de inflación las ha llevado a valores record de 30% para la mediana y 37,1% en promedio según la Universidad Torcuato Di Tella, mientras la base monetaria tiende a convalidarlas con un aumento interanual de 33,2% en abril, en buena medida por el incesante aumento del financiamiento al Gobierno. Por otro parte, los convenios colectivos de trabajo demoran en firmarse y aquellos que lo han hecho muestran aumentos de 22%/24% ya que incluyen sumas fijas no agregadas a los porcentajes. “Se cae así la tibia señal de coordinación de expectativas dada por el Gobierno cuando sugirió 18%”.

En cuanto al nivel de actividad muchos indicadores empezaron el año mostrando sólo desaceleración pero hay algunos que revelan señales de recesión. La producción industrial mostró en enero-marzo la tercera caída trimestral consecutiva de acuerdo a la encuesta de FIEL. Por ejemplo, la producción de autos bajó 5,7% en al primer cuatrimestre y su exportación cayó 19,5% en el mismo período. El índice líder de la UTDT tuvo en marzo una caída interanual de 9,9%. Por otro lado, las estimaciones de la cosecha de soja siguen cayendo y se ubican ahora cerca de 40 millones de toneladas, 15 menos que las esperadas, lo que implica una merma de U$S 8.100 millones parcialmente compensada por el aumento de U$S 4.000 millones por los mejores precios. “Con todo, lo más preocupante del nivel de actividad económica es la caída de la inversión, que con mejores señales podría estar compensando el menor dinamismo del consumo”. La construcción cayó 1% en el primer cuatrimestre y el volumen de las importaciones de bienes de capital cayó 29% en marzo y 12% en el primer trimestre. Complicará más aun este panorama el cambio de la política monetaria de Brasil, que ha conducido hasta ahora a una devaluación del real del 20%.

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