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Las posibilidades de una recesión

Aún son bajas, pero crecieron.

25 febrero de 2012

El indicador líder que mide la Universidad Torcuato Di Tella se jacta de anticipar la tendencia del ciclo económico con unos meses de anticipación. Así lo hizo con la última recesión (2009) y anteriores. El dato de diciembre registró una caída de 2,7 puntos porcentuales respecto al mes anterior. Fue la segunda contracción consecutiva. Pero tal vez el dato más sobresaliente fue el aumento de la probabilidad de que la economía entre en recesión. Hoy supera el 70%. Tanto el IL como otros indicadores vienen señalando desde hace unos meses una desaceleración en el nivel de actividad de la economía argentina. La desaceleración obedece a varios factores, entre ellos, un contexto internacional menos favorable (el menor crecimiento mundial tiene un correlato en un menor crecimiento en el precio de las commodities), las malas condiciones climáticas de principios de año que perjudicaron algunos cultivos, los márgenes de incrementos en la producción que se vienen reduciendo (restricciones de oferta), la continua salida de capitales que limita los grados de libertad de la política monetaria, la quita o reducción de los subsidios a los servicios públicos que probablemente afecte la producción de algunos sectores productivos y desplace el consumo de algunos sectores de la sociedad.

Si bien la desaceleración en el nivel de actividad económica es prácticamente un hecho que pocos se animan a cuestionar, anticipar un período recesivo es un poco más arriesgado. Según el Centro de Investigación en Finanzas de la UTDT que elabora el índice, el incremento en la probabilidad de ingresar en recesión es una evidencia más a favor de que ocurra un escenario más pesimista hacia los próximos meses, aunque no necesariamente asegura un período recesivo en los meses que vienen. Desde abril a diciembre de 2004 hubo un fuerte incremento en la probabilidad de ingresar en recesión (llegó a valores superiores a los de hoy) y sin embargo, la economía no ingresó en un período recesivo en ese entonces. Más aún, si bien podría estar anticipando un período recesivo no anticipa con exactitud cuándo puede suceder.

Desde mayo de 1993 a enero de 1995 la probabilidad de ingresar en recesión se mantuvo en niveles altos (en mayo de 1993 era 77% y en todo el período fue de 60% en promedio) pero la economía no ingresó en recesión hasta los primeros meses de 1995. Guido Sandleris, director del CIFUTDT, opina que “el nivel de actividad va a seguir desacelerándose en los próximos meses. Sin embargo, sin grandes sorpresas en el ámbito internacional y político nacional, el índice no anticipa en el corto plazo tasas de crecimiento negativas”.

El crédito

Un informe de Ecolatina señala que el crédito se expandió fuertemente en 2011 (46,8% interanual en diciembre de 2011) y alcanzó 17% del PIB, el valor más elevado desde la convertibilidad. El crédito al sector privado creció por encima del total (48%) y alcanzó 15,5% del PIB, 2,1 p.p. por encima de 2010. Sin embargo, la dinámica de 2011 se resintió a fines del año ya que los préstamos al sector privado se desaceleraron casi 5 p.p. en el último trimestre de 2011. La tensión cambiaria de septiembre-octubre fue un factor fundamental en esta moderación. En el último trimestre la fuerte salida de depósitos en dólares deterioró fuertemente la evolución del crédito en moneda extranjera, que incluso cayó en los últimos meses del año. Además, por la suba de tasas, los préstamos privados en pesos también se desaceleraron.

“Lo ocurrido a fin de 2011 deja importantes interrogantes hacia el futuro. Si bien no creemos que el crédito privado vaya a frenarse, es posible que el boom iniciado en septiembre de 2009, tal cual lo habíamos visto, haya llegado a su fin, y en adelante los préstamos crecerían a tasas más moderadas”. Para 2012, incluso la proyección oficial del Programa Monetario contempla una desaceleración del crédito del orden de los 18 p.p., un fenómeno que se observó incipientemente a fines de 2011. Los datos que dan cuenta de la constitución de nuevos créditos apuntan en la misma dirección. “Entre los drivers que impulsarán al crédito se encuentra el 'cepo' a la compra de dólares. En la medida en que éste resulte exitoso, los ahorros privados se canalizarán hacia depósitos, aumentando la capacidad prestable de los bancos. Por el lado de la demanda de crédito, las limitaciones a la compra de divisas también podrían incentivar la adquisición de bienes”.

Por otro lado, Ecolatina cree que el menor ritmo de expansión de la actividad esperado para este año impactará sobre la evolución del crédito. También la incertidumbre cambiaria afectaría y por ello es difícil que las tasas puedan retornar a los valores del tercer trimestre de 2011. “Los niveles previos a los controles no serían suficientemente atractivos como para evitar una fuga hacia el dólar. Adicionalmente, el menor crecimiento de los ingresos salariales y el aumento del peso de la deuda de las familias operarían en igual sentido”.

(De la edición impresa)

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