La formación de activos externos por parte del sector privado (o “fuga de capitales”) continuó acelerándose en octubre, según un informe de la cosnultora Econométrica, dirigida por Mario Broderhson. “Estimamos que alcanzó los U$S 3.800 millones en octubre”, dice el trabajo. De esta manera, el acumulado anual sería de U$S 22.000 millones, lo que permite anticipar un nuevo récord anual, superando los U$S 23.100 millones del 2008.
El contexto global, que influye en la demanda de dólares, sigue en deterioro. Desde que estalló la crisis subprime en 2008, “la Argentina perdió los superávit gemelos: fiscal y externo”. Si bien ninguno de ellos refleja déficit significativos (e incluso se encuentran entre los más pequeños de Latinoamérica), indican que “se agotaron los colchones macroeconómicos que permiten atenuar el impacto de un shock externo sobre el nivel de actividad económica”.
Esto abre la posibilidad, dice el informe, a aumentar el ritmo de devaluación: “Sin superávits gemelos, ni acceso al mercado de deuda, ni margen para absorber más apreciación real del tipo de cambio sin que ello no ponga el otro pie en el camino al atraso cambiario, incrementa la posibilidad de una devaluación como variable de ajuste, más aún si empeora el contexto internacional”.
Aunque, por ahora, el BCRA no se ha decidido de manera clara por esa vía. “La autoridad monetaria ctuó como si los sucesos externos fueran transitorios y/o la macroeconomía local no estuviese expuesta, decisión que ya le costó U$S 4.000 millones de sus reservas los últimos cuatro meses”. El apetito por el billete verde también ha afectado las tasas de interés y el nivel de actividad, que ya se venía desacelerando hace unos meses.
(De la edición impresa)
