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FAO: Precios altos y volátiles

Los alimentos causan preocupación.

25 octubre de 2011

La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), de las Naciones Unidas, celebró el 16 de octubre el Día Mundial de la Alimentación. El organismo fue creado ese día en 1945. La FAO y el peronismo nacieron con un día de separación, notará un avezado especialista en efemérides.

El lema del encuentro, realizado en Roma, fue “Precios de los alimentos: de la crisis a la estabilidad”. La estabilidad de los precios de los alimentos es más un deseo de las autoridades que una realidad. En los últimos años, las cotizaciones han tenido un comportamiento, como mínimo, oscilante. Varios sucesos recientes han demostrado que el precio de la comida no es una variable trivial, dado que puede activar procesos políticos y sociales como los que se vieron en el mundo árabe en el primer semestre del año.

El precio de los alimentos es un tema que preocupa a los políticos en todo el mundo, especialmente donde escasean y la pobreza es alta . Todo indica que el escenario de precios altos y oscilantes no cambiará en el próximo tiempo. “Es probable que los precios de los alimentos sigan siendo elevados y volátiles”, fue una de las conclusiones que se escuharon en Roma. Para los países productores de alimentos, como la Argentina, es una buena noticia. La preocupación es serio, a pesar de que el índice de la FAO para los precios de los alimentos, una medida de la variación mensual de los precios internacionales de una canasta de productos alimenticios, cayó en septiembre por tercer mes consecutivo, al ubicarse en los 225 puntos. Si se mira la serie histórica, empero, no hay duda de que los precios siguen muy altos: el índice está sólo 13 puntos por debajo del récord histórico de 238, al que llegó en febrero de este año.

En “El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo”, un extenso documento publicado por la FAO a comienzos de mes, los especialistas vertieron la misma visión con respecto al comportamiento de largo plazo de los precios de los alimentos. “La demanda de los consumidores

en los países con economías en rápido crecimiento aumentará, la población continuará creciendo, y debido a la expansión de los biocombustibles, el sistema alimentario se verá sometido a demandas adicionales”. Además de los biocombustibles, por el lado de la oferta, “se plantean desafíos debido a la creciente escasez de los recursos naturales en algunas regiones y a la disminución de las tasas de crecimiento de los rendimientos de algunos productos básicos”.

A su vez, la volatilidad de los precios podría incrementarse debido a los vínculos más estrechos entre los mercados agrícolas y energéticos, así como a la mayor frecuencia de las perturbaciones meteorológicas, sostiene el documento.

(De la edición impresa)

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