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¿El tren de los mercados pasó y la Argentina no se subió?

Perspectivas 2012.

12 octubre de 2011

Un mes atrás uno de los economistas más consultados en la city les dijo a sus clientes “con un ratio de deuda pública de 22% el Gobierno debería colocar un bono a menos de 9% anual en lugar de darle a la maquinita y perder reservas”. Hoy ese mismo economista piensa igual (el país debe tomar prestado) aunque cree que esa tasa ya no existe. El mercado de capitales en el mundo busca inversiones cada vez más seguras como consecuencia de la crisis internacional y la Argentina no es un destino que cumpla esos requerimientos. El Boden 15 llegó a pagar la semana pasada entre 12,5% y 13% en dólares. Nicolás Dujovne, director de la consultora Dujovne & Asociados, opina parecido: es deseable que la Argentina tome prestado en 2012. ¿Por qué? “Porque el crédito puede ser la palanca de crecimiento, de lo contrario la economías se expandirá a tasas muy bajas”. Dujovne pronostica que las exportaciones no crecerán el año que viene y eso ralentizará la expansión.

El Ministerio de Economía completó el formulario 18-K unos días atrás. Se trata de un trámite burocrático necesario si un país quiere emitir deuda con jurisdicción en Nueva York. Después de Roberto Lavagna en el Ministerio de Economía, y tras completar la primer fase del canje, el país dejó cumplir ese paso. Fue Amado Boudou quien reactivó la papelería con miras a la segunda fase del canje. Algunos interpretaron la noticia del 18-K como una señal de interés del Gobierno (o del equipo económico) de volver a los mercados. Para otros es una iniciativa sin ningún sustento. En el Club de París no se trató ninguna oferta de la Argentina como había circulado unos días atrás. Mientras tanto el mundo empeora. El Gobierno de la ciudad de Buenos Aires tiene desde hace semanas una autorización para colocar un bono por U$S 500 millones. Pero la operación aguarda encontrar el momento oportuno explican desde la Secretaría de Hacienda. ¿La Argentina perdió el tren de los mercados?

Desde el Banco Central

En la Gerencia de Exterior y Cambios del Banco Central reconocen que el seguimiento a los compradores minoristas de dólares hoy es similar al de 2008. El año del conflicto con el campo se fueron U$S 23.098 millones. Hoy la AFIP envía intimaciones y el Central monitorea las pizarras de las casas de cambio como tres años atrás, admiten desde la propia gerencia del banco. La demanda de dólares se intensificó en los últimos dos meses. El verano de 2011 arrancó con promedio de U$S 1.225 millones mensuales. En mayo-julio subió a U$S 2.224 millones. Y en agosto-septiembre U$S 3.000 millones. Según un cálculo de Hernán Lacunza, ex gerente general del BCRA y director de Empiria Consultores, la fuga llegará a U$S 24.000 millones en 2011, superior a la de 2008.

¿Cómo está respondiendo la autoridad monetaria? Primero Mercedes Marcó del Pont decidió no vender dólares el 1 de septiembre. Eso llevó el tipo de cambio a $4,21, el valor más alto del último tiempo. Pero entonces buscó ahuyentar la corrida e intervino: para ello vendió U$S 650 millones en cuatro días. Dos semanas atrás el Central volvió a cambiar de estrategia: ofreció U$S 1.000 millones en el mercado de futuro. Eso aumentó la oferta y el precio del dólar cedió. El plan puede ser riesgoso para las reservas del Banco Central, advirtió Broda en su charla con clientes la semana última. ¿Qué pasa si la fuga de capitales no es transitoria como supone el Gobierno y persiste más allá de octubre?

¿Y si hay menos importaciones?

La recesión de 2009 comprobó (una vez más) que las importaciones se desploman fuerte en la Argentina cada vez que el nivel de actividad se retrae. ¿Puede haber más dólares disponibles como consecuencia de la desaceleración de la economía y la menor demanda de bienes importados? La respuesta de Broda y Lacunza es la misma: sí, pero no lo suficiente como para compensar la salida de capitales que seguirá golpeando a la Argentina. Para ellos la fuga es consecuencia de la incertidumbre del rumbo económico. Lacunza vaticina que no habrá más reservas de libre disponibilidad a fin de año. Con lo cual habrá que cambiar la ley o salir los mercados. “Lo primero es muy riesgoso en un contexto de alta fuga de capitales. Y lo segundo complicado y caro con la situación que se avecina en los mercados

de capitales internacionales”.

Las inversiones seguras son las preferidas en el mundo hoy en día. Y eso puede afectar a la Argentina en donde la salida bruta de dólares fue U$S 16.895 millones en el primer semestre. La entrada, por su parte, equivalió a U$S 15.960 millones. Casi dos tercios de los dólares que ingresan al país lo hacen a través del superávit comercial y el resto vía financiamiento con el resto del mundo. ¿Qué pasaría si el país no accede a los mercados y al mismo tiempo el superávit

comercial se achica?

La ventana

La Argentina no perderá acceso a las líneas de crédito del Club de París si paga finalmente U$S 4.000 millones cash. Pero lo que está en discusión no es el acceso a fondos sino la tasa a la que le prestan a la Argentina. “Un artículo IV con el FMI y un acuerdo con el Club de París bajan el costo del dinero”, explica Javier Alvaredo, director de ACM. Dujovne cree que el país no enfrenta un panorama de financiamiento complicado. “No hay riesgo de un default”. Dice que el Gobierno puede utilizar reservas (modificando una ley) o recurriendo a los fondos de la ANSeS. “Desde el punto de operativo no hay inconvenientes más allá del ruido local ?explica?, mi mayor preocupación es el impacto sobre la economía real: maniobras de ese tipo afectan la marcha de la actividad más de lo que uno cree y justo en un año donde las exportaciones no aumentarán por el menor precio de la soja”.

Para Lacunza la situación tampoco es fácil. No sólo porque la brecha financiera es de U$S 8.000 millones sino porque el abanico de posibilidades para hacerse de ese monto (ajustar el gasto, emitir deuda, colocar un bono, reformar la ley de reservas o devaluar) incluye opciones más riesgosas para la estabilidad económica (las últimas tres). Por último, Dujovne cree que la economía argentina en 2012 crecerá a tasas “decentes” sólo si el país regresa a los mercados (“el crédito puede apalancar el consumo público y privado”) o si frena la fuga de capitales (“por ejemplo con un plan

antiinflacionario”).

Si la crisis internacional es sólo una desaceleración global, la economía argentina sufrirá menos que si ocurre otro Lehman Brothers. “Se abrirá una ventana para volver a los mercados. Pero será otro contexto y dentro de varios meses”, opina Dujovne.

(De la edición impresa)

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