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Los temas a seguir son la fuga de divisas y la crisis internacional

Dos amenazas de corto plazo.

01 septiembre de 2011

La tendencia declinante de las reservas del Banco Central no tardará en enrarecer el clima financiero y afectar la marcha del nivel de actividad, dice un informe de la consultora Federico Muñoz & Asociados. Una de las hipótesis más fuertes entre los economistas durante el último tiempo fue que la aceleración de la fuga de capitales era producto de la incertidumbre asociada al período preelectoral.

Pero ahora parece que esto no es tan así. Porque la victoria aplastante del oficialismo (que disipó toda duda respecto al tablero político pos-2011) debería haber frenado la sangría y parece no haberlo hecho. Según FM & Asociados, “lejos de detenerse, la dolarización de carteras se sostuvo firme en la última semana. Si bien no hay todavía datos oficiales, la evidencia anecdótica revela que el BCRA mantuvo el promedio de ventas de más de U$S 50 millones por día”.

Hay economistas que piensan que la fuga por estas horas pudo haber sido exacerbada por el repunte de la aversión al riesgo asociada a las renovadas turbulencias del contexto internacional. Otros, en cambio, creen que los motivos básicos de la dolarización de carteras son eminentemente internos. La prueba cabal que lo demuestra es que el resto de los países de la región no padecen este problema. En una primera etapa (2008/2009), la dolarización de carteras fue la conducta defensiva del público frente a lo que se percibía como una radicalización de la gestión económica kirchnerista (la crisis del campo y la nacionalización de las AFJP). “La idea de quienes se pasaban a dólares era cambiar de jurisdicción los activos como recurso para neutralizar el riesgo de confiscación”.

Según FM & Asociados, el repunte de la fuga de capitales de las últimas semanas parecería estar más explicado por la inconsistencia del esquema macroeconómico que otra cosa. “Concretamente, la amplia brecha persistente entre las tasas de devaluación e inflación que ha convertido al dólar en un activo relativamente barato, por lo que ?se presume? debiera encarecerse en el futuro. El Gobierno intenta transmitir calma y sugiere que la situación está bajo control. En todo caso, si la sangría se intensifica, seguramente recurrirán a los métodos con que habitualmente abordan los problemas: endurecimiento de las restricciones y presiones formales o informales para disuadir la compra de divisas. Pero estos recursos, que solían tener un éxito relativo en otros frentes, no sirven para frenar la sangría de dólares”.

La situación internacional

“La situación financiera internacional ingresó en una etapa de alta complejidad”, señala el último informe del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas, “en la cual un error de timing político en las economías desarrolladas puede derivar en un agravamiento de imprevisibles consecuencias, de las cuales el mundo emergente no estará exento”.

El trabajo señala que el recrudecimiento de las crisis, en tanto suponga un aumento en la aversión al riesgo y una desaceleración de la economía y del comercio mundiales, “puede afectar negativamente a las economías emergentes, incluyendo América Latina, y ello se traducirá en menores tasas de crecimiento, en el mejor de los casos, y en un marco de reacomodamiento de portafolios y bajas en los precios de los commodities, que reducirán sus exportaciones y su capacidad de compra externa. Las economías de la región están en condiciones de enfrentar la situación, aunque tienen menos margen que en 2008 para las políticas fiscales expansivas”.

El IAEF alerta, sin embargo, sobre las implicancias de turbulencias sincronizadas en Estados Unidos y en Europa. “El muy bajo crecimiento del primer semestre de la economía norteamericana y las dificultades para alcanzar consensos básicos para el abordaje de los problemas fiscales afectan las expectativas de una sociedad que probablemente subestimó la magnitud de la corrección que tenía por delante luego de la crisis de 2008”.

Con relación a Europa, el IAEF indica que “la desconfianza de los agentes económicos respecto de Italia y más recientemente Francia, ponen en evidencia que Grecia, Irlanda y Portugal eran sólo la punta del iceberg de algo más profundo: países con pesados endeudamientos y una historia de elevados déficits fiscales, muchos de ellos con problemas de competitividad que limitaban sus posibilidades de recuperación”. El documento agrega que “el acuerdo de los Jefes de Gobierno del 21 de julio en Bruselas, para implementar una suerte de Plan Brady europeo, propone un camino exigente para todas las partes involucradas: gobiernos, sociedades y acreedores”. Sin embargo, la respuesta de los mercados refleja un contexto de incertidumbre frente a un escenario volátil.

¿Qué sucederá con la Argentina? Según los economistas del IAEF, las autoridades del país demoran decisiones significativas. “Este proceso, que ha ocurrido en el pasado en períodos preelectorales, se ve exacerbado por la coyuntura internacional”.

(De la edición impresa)

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