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¿Llega el aterrizaje suave?

Todo indica que sí, según Kiguel.

02 septiembre de 2011

“La economía va hacia un aterrizaje suave”. ¿Quién lo dijo? No pocos economistas dijeron esto en el último tiempo. Pero esta semana fue el turno de Miguel Kiguel en una charla dada en un seminario organizado por los amigos de la Universidad de Tel Aviv. “La actividad crecerá menos, vamos a un aterrizaje suave de la economía en el cual la tasa de inflación no se disparará y el dólar tampoco”. El ex secretario de Finanzas reconoce que su pronóstico despierta asombro entre sus clientes porque “todos dicen que nadie vio un aterrizaje suave en la Argentina”. Sin embargo, asegura que existen elementos para pensar que “esta vez será distinto”.

Datos a favor

La economía argentina resulta favorecida por el contexto internacional. Pese a la crisis que azota a las economías desarrolladas, Kiguel ve elementos que ayudarán al país. “Brasil crecerá y el real no se depreciará significativamente. Esto es importante porque más del 50% de las exportaciones industriales argentinas van a ese mercado”, dijo Kiguel. Lo que también seguirá soplando a favor será el precio de la soja (“en el nivel más alto de los últimos 20 años”) debido a que las economías emergentes continuarán demandando los productos que la Argentina vende. La soja fue el cultivo estrella de los últimos años en la región, con la Argentina y Brasil a la cabeza de un proceso global signado por condiciones favorables para la producción de commodities. Ambos países incrementaron la superficie dedicada al cultivo, los rindes y la producción a partir de asimilar los avances tecnológicos vinculados a la siembra directa, el uso de agroquímicos y semillas transgénicas. La producción en la Argentina pasó de 30 millones de toneladas en la campaña 2001/2002 a aproximadamente 50 en la campaña 2010/2011, con una superficie sembrada que se incrementó un 60% en el período, pasando a abarcar más de 18 millones de hectáreas.

Finalmente, Kiguel señala también que “una economía muy difícilmente puede descarrillar con un nivel de deuda bajo, como el argentino”. El país no se encuentra apalancado en el mercado internacional de capitales y la deuda pública neta equivale al 24% del producto. En los últimos años la Argentina supo conservar un colchón externo que le permite enfrentar las turbulencias de los mercados con mayor tranquilidad. Hay quienes señalan que el país podría haberlo hecho mejor. Mientras que en los últimos años las reservas permanecieron alrededor del mismo nivel, Israel aumentó el número de U$S 27.000 millones en 2008 a U$S 76.000 millones en 2011. Para el economista, la salida de capitales en el primer semestre llegó a U$S 10.000 millones y podría superar los U$S 20.000 millones a fin de año ?en 2008, cuando fue el conflicto con el campo, llegó a U$S 23.000 millones?.

Sin embargo, pese a ello, Kiguel considera que la economía argentina se encuentra protegida de un shock internacional como los que se han visto en las últimas semanas. Incluso cree que el déficit de las cuentas fiscales no es un asunto que vaya a generar inconvenientes significativos. “Se trata del déficit más bajo de América Latina”.

¿La inflación llegará?

De todas maneras Kiguel cree que la economía argentina cumplió un ciclo. Se terminó la etapa en la que el tipo de cambio se devaluaba a una tasa de un dígito por año mientras la tasa de inflación superaba el 20%. El economista cree que la situación no es más sostenible porque el sector privado no puede soportar los costos que ello acarrea. “El tipo de cambio se deterioró y ello se percibe. En 2003 el Big Mac costaba la mitad que en Estados Unidos y hoy vale 20% más caro”. Kiguel coincide con sus colegas que plantean la necesidad de encarar una agenda de correcciones a partir de diciembre. Reconocer que el Gobierno tiene un margen de maniobra menor que cuatro años atrás y que el espacio para cometer errores hoy es más pequeño.

¿Qué objetivos se puede plantear el próximo gobierno según Kiguel? El economista cree que el país puede aspirar a crecer a una tasa promedio entre 4,5 y 5% por año. Hay que tener en cuenta que hoy ya la economía no crece como a principio de año y que las estadísticas del INDEC (en materia de crecimiento) también se encuentran cuestionadas por los economistas privados. En cuanto a los principales desafíos, Kiguel señala dos. Uno de ellos es la tasa de inversión (“hay sectores donde no se invierte como se debería para sostener el nivel de producción, como por ejemplo, el energético”). El otro desafío es rededucir el ritmo al que los precios aumentan. “La tasa de inflación finalmente no se disparó como muchos señalaban y las expectativas que mide la Universidad Di Tella se encuentran estables en 25%”.

¿Pero qué hay con el crecimiento de los agregados monetarios y la tasa de inflación?, se preguntó Kiguel. En definitiva la base monetaria creció a tasas cercanas al 40% en los últimos meses y para muchos ello es motivo de preocupación. “Denle tiempo y ya nos acercaremos. La política monetaria expansiva tendrá impacto sobre la inflación”.

(De la edición impresa)

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