Si bien financieramente la Argentina parece bastante protegida ante la volatilidad de los mercados del mundo, algunos gurúes comienzan a advertir que América Latina incluyendo la Argentina, recibirían algún impacto producto de las turbulencias financieras y de una posible recesión en los países ricos. Por lo pronto, la calificadora de riesgo Moody's pasó de estable a negativa su visión del sistema bancario nacional en una decisión que, según indica, se sustenta en factores exógenos a las políticas locales y en el desempeño de cada entidad bancaria en particular.
El informe sostiene que en el contexto de elevados precios de materias primas, fuertes niveles de exportaciones y bajos índices de desempleo, las políticas fiscales y monetarias expansionistas
están impulsando el crecimiento económico, el consumo local y los niveles inflacionarios a niveles difíciles de sostener. Y señala que para los bancos del país el principal inconveniente en materia crediticia, es si podrán continuar financiando el boom de consumo al mismo tiempo que preservar sus actuales fundamentos financieros estables.
La decisión no cayó bien en el país y fue duramente criticada. La primera en invalidar la medida fue la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, quien se mostró sorprendida por lo que consideró “irresponsabilidad y falta de profesionalismo de estas calificadoras que están siendo cuestionadas por su corresponsabilidad en la génesis de la crisis financiera internacional” y ponderó los indicadores de liquidez, solvencia y morosidad financiera del país. “Hoy el sistema bancario argentino tiene los niveles de morosidad más bajos de su historia y lo importante es entender, aunque no esté dentro de la concepción ideológica de estas calificadoras, que la fortaleza del sistema financiero argentino tiene que ver directamente con la fortaleza de la economía nacional”, señaló del Pont.
También los bancos privados de capital argentino agrupados en Adeba salieron a advertir
que la baja en la calificación carece totalmente de fundamento y no guarda ninguna relación
con la situación real del sistema financiero.
(De la edición impresa)
