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Luces y sombras de la deuda pública argentina

El escenario global y el 2012.

09 agosto de 2011

Si bien el oficialismo ha hecho del desendeudamiento un puntal de su estrategia de política económica, la pérdida progresiva del ahorro fiscal de los últimos años, sumada a la imposibilidad por colocar gran cantidad de bonos en el exterior, el pago de los servicios de la deuda está volviendo al centro de la agenda de política económica en el corto plazo, especialmente en lo que se refiere a los vencimientos en dólares que debe enfrentar el Gobierno Nacional y que, hasta el momento, han sido cubiertos mediante el uso de reservas del Banco Central.

“Ante la volatilidad financiera internacional, interesa analizar cómo se encuentra posicionada la deuda pública argentina actualmente. Se destacan 5 características clave que no pueden ser ignoradas; algunas de ellas posicionan al país de manera favorable frente al contexto externo, mientras que otras constituyen señales de alerta a tener en cuenta”, sostiene el último informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), dirigida por el economista Nadin Argñaraz.

Entre las características positivas, el IARAF menciona las siguientes:

1. El stock de deuda / PIB está en niveles “razonables”: “A marzo del 2011, el stock total de deuda pública nacional ascendía a unos US$ 173.147 millones, representando un 46% del PIB, según estadísticas oficiales. Si bien desde el canje del 2005 la deuda en términos nominales se ha incrementado (producto fundamentalmente del ajuste de los bonos por CER y de un endeudamiento neto positivo con organismos del propio Estado), en términos del PIB, el peso del endeudamiento argentino se ha ido reduciendo progresivamente. En efecto, los indicadores de deuda actual se ubican dentro de rangos considerados internacionalmente como “manejables” en cuanto a la sustentabilidad fiscal (y bastante por debajo de los ratios que muestran actualmente muchos¡ países desarrollados)”.

2. Casi el 40% de la deuda pública actual está nominada en pesos: Un 38% del stock total está nominado en moneda local (ya sean ajustables o no por CER), mientras que un 48% está expresado en dólares, un 12% en euros y el 2% restante en yenes y otras monedas. “De este modo, el Estado tiene un margen de maniobra muy distinto al que tenía en años anteriores”, describe la consultora con sede en Córdoba.

3. La mitad de deuda pública actual es con el propio Estado: “Considerando las Letras Intransferibles y los Adelantos Transitorios del BCRA, las Letras del Tesoro, los préstamos del Banco Nación y la porción de Títulos Públicos que se encuentran en manos de agencias públicas (como la ANSeS, el BCRA y losfondos fiduciarios, entre otros), actualmente un 50% del stock de deuda pública se encuentra en manos de los propios organismos estatales, sostiene IARAF.Esto también brinda complementariamente un margen de maniobra muy distinto al de otros años”.

Entre las características negativas, sobresalen dos:

1. En el 2012, el Gobierno necesitará  U$S 8.000 millones de dólares: En el 2012 vencen prácticamente US$ 14.000 millones por amortización e interés, de los cuales casi US$ 8.000 millones son servicios en moneda extranjera. (No incluyen el cupón PIB, con lo cual la necesidad de divisas podría ser mayor aún).

“Si bien en términos del producto bruto dichas necesidades de divisas no resultan significativas (representarían cerca de un 2% del PIB), la principal inquietud es si el año que viene el Gobierno podría contar con reservas suficientes para poder financiar estos servicios, en caso de no intentar o no poder acceder a financiamiento voluntario externo”, sostiene el trabajo.

Esta situación no representaría un problema si se pudiese contar con un programa de refinanciamiento de la deuda, lo cual resultaría totalmente normal para cualquier país con los indicadores de deuda como los que cuenta actualmente Argentina. “La complicación se derivaría de un contexto internacional desfavorable. La clave pasa entonces por generar las condiciones internas e institucionales que permitan garantizar un ingreso de divisas que supere a la salida de las mismas”, argumentan Argañaraz y Sofía Devalle, autores del informe .

2. Un acuerdo con el Club de Paris sería positivo, pero incrementaría en el corto plazo la necesidad de divisas: Suponiendo que toda esta deuda se efectivizara en un solo pago el año próximo, esto implicaría un aumento en las necesidades de entre un 50% y un 60%. Aún considerando que se saldara la deuda en dos pagos, los servicios de deuda de los próximos dos años se incrementarían en promedio entre un 25% y un 30%, calculan.

“Resulta evidente entonces que un acuerdo de pago con el Club de París, debería ser realizado en cuotas, como mínimo mayores a los dos años, para que pueda ser considerado viable”, expresa el informe.

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