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Feletti: "La etapa que viene será decidir qué sectores serán alentados"

Entrevista al viceministro de Economía.

25 julio de 2011

¿Cómo ve la situación en Europa?

Ni en Europa ni en Estados Unidos se tomaron medidas consistentes para la recuperación

de la demanda agregada. El peso específico de Alemania y Francia en la Unión Europa hace que las políticas tiendan a salvaguardar el valor del euro, una moneda fuerte. Alemania es una economía que exporta productos de valor agregado elevado y con un euro fuerte defiende los precios de sus productos. Pero además también da capacidad de compra a sus habitantes. Y después está el tema de los bancos. En Alemania y Francia el sector financiero tiene un peso importante en las decisiones políticas porque las carteras de sus bancos tienen papeles de las economías más asimétricas. En Europa hay aplicación de medidas política fiscal restrictiva en un contexto de crisis con el objetivo de defender el valor del euro y suponer que por medio de la devaluación fiscal la economía se recuperará. En el Ministerio de Economía creemos que habrá una espiral recesiva en Europa porque no hay vocación para hacer políticas expansivas. Para evitar ese camino sus autoridades deberían llevar a cabo una emisión fuerte de euros y aceptar la depreciación de su moneda. Y luego reestructurar las deudas. Pero estos dos pasos no están aceptados en Europa y me parece que así se conspira contra una salida de la crisis.

¿Y Estados Unidos?

Allí el tema es más complicado porque tiene fuertes desbalances fiscales, una moneda que pierde valor y no se entiende bien por qué soportan un desempleo del 9%. George Bush perdió las elecciones con el desempleo más bajo, de 7%. Hoy Washington aplica políticas fiscales restrictivas. ¿Por qué hace esto? Porque cualquier expansión que aliente su consumo deteriora aún más su desequilibrio externo y eso devaluaría aún más el dólar. Hoy la debilidad del dólar existe y Estados Unidos transita un camino en el que se le plantean necesidades de aplicar políticas expansivas pero que al mismo tiempo enfrenta restricciones presupuestarios fuertes. Por otro lado, si Washington alienta el consumo se agudizaría su frente externo.

Pero Ben Bernanke aplicó una política expansiva basada en la emisión.

La política monetaria en Estados Unidos todavía no ha generado la recuperación de la demanda

efectiva que, en definitiva, es lo que importa.

¿Y qué pasa con los países emergentes en todo este asunto?

Como dato novedoso en esta historia veo que ni Europa ni Estados Unidos encontraron la posibilidad de compartir el costo de la crisis con los países en desarrollo. Los emergentes se abroquelan sobre sus esquemas de solvencia fiscal y externa, se defienden de las dificultades

de manera sólida.

¿La Argentina está exenta de un shock en estos meses?

El impacto estará atenuado mientras los países emergentes profundicen su relación entre sí y funcionen como bloque, como es la lógica de la UNASUR. Lógicamente que una contracción aguda del comercio internacional tendrá impacto. Pero por otro lado uno ve que la retracción del comercio global en 2009 afectó las exportaciones argentinas pero fue mucho menos en el caso de los productos que nos compraba Brasil. Es decir que el principal socio argentino operó como un atenuador de la contracción que vivieron los países más avanzados. Ahí funcionó la inserción regional.

¿Hasta qué punto llega la inserción regional?

El comercio intrarregional en Sudamérica es de U$S 120.000 millones. La Argentina coloca

dos tercios de sus exportaciones industriales en Sudamérica. Si no hay una fuerte contracción en la región entonces el país está en una posición más cómoda. Lo mismo pasa en la relación con China y otros países de Asia. Son economías que sostienen mucho la demanda de productos argentinos. Repito: sabemos que hay dificultades para recuperar la demanda efectiva en el mundo desarrollado. Y, mientras haya relaciones comerciales entre los países emergentes, creo que la Argentina tiene una barrera adicional de protección. Digo adicional porque se suma a las reservas y a la solvencia macroeconómica.

¿Por qué se habla de reindustrialización cuando la industria tiene un déficit comercial más grande que el de los '90?

La economía argentina tiene una dependencia significativa de componentes importados para sostener su crecimiento. Eso es algo cierto. De todas maneras hay una recuperación fuerte de la industria, principalmente del sector automotriz, metalmecánico y textil. Todo eso se hacía sobre la base macroeconómica como acumulación de reservas, superávit fiscal y tipo de cambio competitivo. Pero no hemos tenido una política clara de identificar los sectores más dinámicos y competitivos de la industria. Creo que es la etapa que se viene.

¿Y qué se imagina?

La Argentina será productora de bienes diferenciados. La recomposición del sector electrónico, de algunos sectores textiles, la cadena de autopartes que se desarmó durante la década del noventa y que se vuelve armar. Todo eso es muy de largo plazo.

¿Cómo ve la inversión?

La inversión está en 23 puntos del producto. Y eso es mérito del modelo porque la prioridad del Gobierno siempre fue la demanda interna. Quien invierte hoy piensa que un negocio funcionará a siete u ocho años porque el mercado local y regional está garantizado. Y eso entonces alienta la inversión.

¿Qué otros temas imagina para lo que habitualmente se denomina bajo la expresión 'profundizar el modelo'?

Durante estos años la inversión siempre se autofinanció. Creo que la política de crédito y desarrollo nos la debemos. El otro tema pendiente es intervenir en las cadenas de valor con mucha más precisión.

(De la edición impresa)

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